La Mancha es sinónimo de vino. Posiblemente no haya un territorio en el mundo cuya historia antigua, moderna y contemporánea esté tan atravesada por la cultura vinícola. A pesar de las inmensas extensiones de viñedos que se han perdido en los últimos 100 años, La Mancha sigue siendo, de lejos, la región de vinos más extensa del mundo con alrededor del 50% del viñedo español. Si España es líder como país por extensión de viñedo cultivado con alrededor de 950.000 hectáreas, La Mancha atesora casi la mitad de ellas. La Mancha siempre ha sido tierra de fronteras y tierra de paso obligado. Una inmensa meseta arcillosa con manchas de desierto y zonas de serranía que se extiende por toda la zona centro y sur de España. Comunidad limítrofe con la Comunidad Valencia, con Andalucía, Murcia, Extremadura, Madrid y Castilla y León, lo que ofrece una diversidad de paisajes y culturas que permite reproducir un sinfín de variedades y tipologías de vino. La Mancha ha sido un territorio históricamente ligado a la producción de graneles donde destacaba la producción de uva airén, la variedad de uva blanca más cultivada del mundo y cuya producción se dedicaba a vinos de mesa y a destilaciones que alimentaban las elaboraciones de brandy jerezano. Con la posguerra el tempranillo comienza a ocupar un lugar destacado aunque los vinos tintos de mucha capa de Valdepeñas son conocidos desde muy antiguo. Estos vinos tintos muy cubiertos ya en siglos pasados se utilizaban para cubrir de capa los vinos de más al norte que tenían tonalidades más intensas, de ahí que en español llamemos capa a la intensidad colorante de los vinos. Algunos tintos como los manchegos aportaban una capa de color a vinos más ligeros de capa.
Hoy en día la producción de vinos de mesa está decayendo en favor de las elaboraciones para vino de calidad con denominación de origen, indicación geográfica o vino de pago, de hecho La Mancha es cuna del mayor número de bodegas de España calificadas como vino de pago.
Tour por La Mancha: vinos singulares y paisajes de ensueño
Durante nuestro Tour de La Mancha podrás visitar dos bodegas singulares que por sí mismas expresan la magia y unicidad de esta región. Bodegas que han sabido aunar tradición y modernidad para conseguir vinos singulares que expresan el terruño manchego a través de variedades históricas como la cencibel o la airén pero también con otras que llegaron más tarde como la vigoner, la cabernet Sauvignon o la Sauvignon blanc.
Pero La Mancha es más que vino. Es una tierra cargada de historia, de castillos, fortalezas, pueblos medievales y paisajes de horizontes infinitos y tierras de tonalidades ocres, rojizas y verdes. Durante nuestro recorrido pasaremos por algunos de los lugares emblemáticos que componen la famosa historia de esta región como los molinos de viento de Consuegra. Estos imponentes gigantes tal y como los pensó Don Quijote son maquinarias agrícolas construidas desde el S. XVI para la molienda del grano. Mecanismos importados de Holanda que sirvieron para facilitar la labores de molienda aprovechando la fuerza del viento tan generosa en esta tierra de planicies infinitas. Hoy en día aun queda en pie cientos de molinos de singular belleza y elegancia, irrigando el paisaje manchego con un profundo halo de romanticismo y fantasía.
Aprovecharemos nuestra visita a Consuegra para introducirnos en el corazón de la maquinaria de unos de estos molinos y conocer desde el interior el funcionamiento de sus engranajes. Contemplaremos las maravillosas vistas que se extienden desde el cerro del castillo, lugar desde el que las tropas cristianas tenían fácil defensa ante los empujes de las tropas musulmanas.
A tan sólo una hora de Madrid esta excursión a La Mancha es la opción perfecta para todas aquellas personas que quieren acercarse de lleno a la región de vinos más extensa del mundo y cuna de obras universales como Don Quijote de La Mancha o de maestros del arte dramático como Pedro Almodóvar.